Desde que Red Bull se convirtió, por derecho propio, en el mecenas de los deportes del motor, las campañas publicitarias de marketing viral han sido sus favoritas para promocionar sus equipos y su conocida bebida refrescante. En 2004 compró el equipo Jaguar Racing para convertirlo en Red Bull, estandarte de la firma de bebidas energéticas con que se ha dado a conocer. Además de poseer una escudería de la NASCAR ("Asociación Nacional de Carreras de Automóviles de Serie").
En el 2009 Red Bull se lanzó a las calles de Nueva York con una acción de guerrilla marketing. Simuló un pit stop de la NASCAR, con un vehículo a una velocidad máxima, dentro de la que se puede permitir en una gran urbe, que se detiene, cambia neumáticos y parte a gran velocidad. Haciendo una clara analogía al impulso que da al adquirir esa bebida. El video se lanzó a Youtube para convertirlo en un viral y ya ha sido desplegado más de 148 mil veces.
Alucinados se debieron quedar los viandantes que se paseaban por Times Square en aquellos días cuando se encontraron con un Toyota Camry NASCAR circulando por la ciudad y realizando un cambio de neumáticos completo en uno de los lugares más emblemáticos de Nueva York. Y es que éste fue el escenario escogido por el equipo Red Bull Racing para su última campaña publicitaria en la competición automovilística más importante de Estados Unidos.
Otra de las campañas más llamativas y curiosas que protagonizó el equipo Red Bull Racing, en este caso de Formula 1, tuvo lugar en Pamplona en los Sanfermines de 2008. En esta ocasión David Coulthard y Sebastian Bourdais tuvieron la oportunidad de realizar el recorrido de los encierros al volante de sus monoplazas emulando a los toros bravos de la tradicional fiesta pamplonica.
Evidentemente para llevar a cabo una campaña publicitaria de este tipo, en Europa es necesario cerrar las calles al tráfico rodado. No obstante, en Estados Unidos con una legislación más flexible en este aspecto, es posible modificar ligeramente un bólido de la NASCAR para poder circular con toda la tranquilidad del mundo por la calle, y permitir que una estrella de la NBA llegue a su partido a tiempo montado sobre un auténtico NASCAR.
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